Mientras la COVID-19 pierde fuerza y la invasión rusa de Ucrania sigue teniendo profundas repercusiones sociales y económicas, los consumidores europeos incrementan su pesimismo sobre las perspectivas económicas. Así lo refleja, la última encuesta de McKinsey sobre el pulso de los consumidores europeos, realizada entre el 23 de septiembre y el 2 de octubre de 2022, que recoge las opiniones de 1.000 encuestados en Francia, Alemania, Italia, España y el Reino Unido y refleja un clima de inquietud e incertidumbre entre los consumidores derivado de una inflación alcista. Asimismo, indica que la confianza de los consumidores sigue siendo baja, empeorando especialmente en Alemania y Francia; donde el comportamiento bajista se ha intensificado.

El estudio toca interesantes puntos explicando que hay una gran tendencia al ahorro y reticencia a derrochar:

  • Para el 58% de los consumidores europeos, el aumento de los precios es su principal preocupación. Le siguen la invasión de Ucrania, los fenómenos meteorológicos extremos, el desempleo y la incertidumbre política como preocupaciones importantes.
  • La incertidumbre de los consumidores ha aumentado, con un 43% de dudas sobre la recuperación económica, frente al 36% de junio. Esta situación está muy por debajo incluso de los dos primeros años de COVID-19 (cuando la incertidumbre alcanzó un máximo del 32% en mayo de 2020). Sin embargo, las respuestas varían según el país, ya que la confianza neta ha disminuido en 22 puntos porcentuales en Alemania y en diez puntos porcentuales en Francia, en contraste con una confianza sin cambios en el Reino Unido, Italia y España.
  • Los consumidores están reduciendo el gasto y recurriendo a los ahorros. Los consumidores están comprando de forma moderada, ejerciendo el sentido común sobre lo que compran. Casi cuatro de cada diez han reducido el gasto en artículos no esenciales, frente a un tercio en junio, mientras que más de un tercio sacó dinero de los ahorros para cubrir gastos típicos.
  • Los consumidores optan por opciones más asequibles. Para ahorrar dinero, tres de cada cinco consumidores han cambiado su comportamiento a la hora de comprar alimentos y productos básicos. De ellos, casi tres cuartas partes se decantaron por productos del hogar más baratos o de marca blanca. Continúa la migración a los establecimientos con rebajas.
  • La mayoría de los consumidores europeos no tiene previsto darse un capricho en los próximos tres meses, mientras que sólo una cuarta parte tiene previsto hacerlo en un futuro próximo. Casi siete de cada diez dicen que piensan comprar menos o no comprar nada. Los consumidores de Francia, España y el Reino Unido tienen la intención de gastar menos en viajes y restaurantes que en otros países europeos.