Las moratorias aplicadas a lo largo de la pandemia han impedido que la crisis económica del coronavirus se haya traducido en un incremento de la morosidad en los créditos bancarios. Sin embargo, transcurrida la fase más crítica de la recesión, el Banco de España ya ha lanzado una advertencia sobre la posibilidad de que los impagos de préstamos comiencen a aflorar.

Según las conclusiones recogida en el artículo ‘Asincronía entre morosidad y provisiones en el sector bancario’ publicado dentro del último Cuaderno de Información Económica, Funcas cree que la banca todavía tendría que realizar provisiones por valor de 12.000 millones de euros en las cuentas de resultados de 2021 y 2022 por el impacto de la crisis del coronavirus, y prevé un incremento del crédito dudoso entre finales de 2022 y principios de 2023 ante el incremento de la morosidad.

La principal conclusión que se puede extraer de dicho análisis es que desde el comienzo de la pandemia y contra todo pronóstico, hemos asistido a una profunda asincronía entre la evolución del crédito dudoso y el coste del riesgo, medido este último como el volumen de provisiones sobre los activos totales medios.

Entre este año y 2022, como venían advirtiendo los principales organismos internacionales y nacionales, así como firmas crediticias, aflorara el aumento de la ratio de morosidad derivada de la crisis de la COVID-19. La senda decreciente que ha mantenido la tasa de mora ha estado muy condicionada por el efecto de las medidas de flexibilización contable y las de apoyo explícito a los deudores, como las moratorias, los avales y, por supuesto los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), cuyo impacto ha sido fundamental en el mantenimiento de activos al corriente de pago en los balances bancarios.

En concreto, Funcas estima que el “punto álgido” del crédito dudoso se alcance entre finales de 2022 y principios de 2023, con una recuperación posterior, de forma que la mora se situará en 2024 cerca, pero ligeramente por encima, de los niveles previos a la pandemia.

Además, prevé que el crecimiento del crédito dudoso sea de unos 40.000 millones de euros entre 2021 y 2022.

En relación a la morosidad, es conveniente tener en cuenta distintos aspectos relacionados con ella, que son, en primer lugar, la normativa aplicable, es decir, cómo influye la legislación española y europea sobre su regulación; así como los condicionantes y factores que influyen en la misma, y los posibles efectos que la provocan.

En España existen normas legales que regulan los plazos de pago en las operaciones comerciales y penalizan a los morosos, en particular las establecidas en la ley 3/2004, de 29 de diciembre, por la que se establecen medidas de lucha contra la morosidad. Sin embargo, España sigue sufriendo un problema crónico de impagados y de falta de respeto a los plazos de pago.

El reciente informe Análisis del comportamiento de pago empresarial, realizado por Informa D&B, reveló que el 43% de las empresas ha tenido un impago en el último año. Además, otro estudio publicado por Informa D&B: Comportamiento de pago de las empresas españolas, desveló que el periodo medio de pago se situó en 94 días en el primer trimestre del 2021; es decir, 34 días más del plazo máximo de 60 que establece la ley.

En cuanto a los motivos de la demora, el 44% apunta a la crisis sanitaria y casi un 40% a problemas administrativos, mientras que un 8% y un 7% reconocen intencionalidad en la moratoria y problemas administrativos respectivamente.

La morosidad tiene distintos efectos en las empresas, se ve perjudicado el fondo de maniobra, el ciclo de maduración, repercute en la tesorería de la empresa, los cotes de financiación. Además, la reputación de la empresa desciende en la medida que va perdiendo competitividad y rentabilidad por el ascenso de la falta de cobro de deudas.

La empresa debe considerar la gestión de los cobros como un principio y práctica a desarrollar por su política financiera de necesario cumplimiento, para así evitar la morosidad de los clientes y en consecuencia las pérdidas para la empresas.